ENTRE CANOAS Y ATARRAYAS
ENTRE CANOAS Y ATARRAYAS se encuentran las comunidades ribereñas de la Ciénaga de Paredes, que a canalete navegan por todo tipo de aguas y dificultades que llegan de forma imperceptible por los caños y quebradas que nutren el complejo cienaguero.
La naturaleza les enseñó a reconocer las especies en el movimiento de las olas que producen sus nados bajo el agua. Desarrollaron diferentes artes teniendo en cuenta sus comportamientos y también, según la época del año, saben en qué zonas de la ciénaga se encuentran los peces refugiados.
El tiempo en que el moncholo, la mojarra, el blanquillo, el bagre, la doncella, la pacora y la dorada, se podían pescar a orilla se acabó. Hay graves afectaciones en el ecosistema por el mal uso y aprovechamiento de las tierras aguas arriba: la tala de bosques, el vertimiento de agroquímicos que llegan a la ciénaga por efectos de la lluvia y la pendiente y la desecación de las madrevieja para expandir la frontera agrícola, son problemas que se acrecientan con la complicidad de algunas entidades responsables.
Sin embargo, Entre las canoas y las atarrayas también está la fuerza del lance de la red, el sudor que brilla a la luz de un atardecer y la sonrisa cómplice del esfuerzo de una pesca bien lograda. Los pobladores sueñan con dedicarse nuevamente a la pesca artesanal y que la vida se vuelva a manifestar en la ciénaga con todos sus matices potenciados; mientras esto sucede, seguirán refugiados en su cotidianidad, siendo testigos de la decadencia y la desidia, paradoja que se repite en este país potencialmente biodiverso.
Proyecto ganador Beca de Creación Artística del departamento de Santander en 2015